La formación, la reorganización de procesos o la hidratación, claves para prevenir accidentes laborales como consecuencia del calor estival
La Consejería de Economía, Innovación, Empresa y Trabajo Autónomo, a través de la Subdirección General de Diálogo Social y Relaciones Laborales, ha compartido una serie de medidas para prevenir accidentes y enfermedades laborales como consecuencia de las altas temperaturas que se producen durante el verano, que van desde una formación específica o la reorganización de procesos en los entornos de trabajo a una serie de consejos sobre la hidratación.
“El Plan de Actuaciones para el 2024, elaborado y aprobado por el Gobierno de La Rioja, junto a los agentes sociales y la FER, incluye una campaña de asesoramiento a empresas cuyos trabajadores estén expuestos a estrés térmico por calor y que, en el caso de olas de calor, la exposición se vea incrementada”, explica la subdirectora general de Diálogo Social y Relaciones Laborales, Pilar Simón, en referencia al Objetivo 02 (‘Gestionar los cambios derivados de las nuevas formas de organización del trabajo, la evolución demográfica y el cambio climático desde la óptica preventiva’) de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027.
Esta campaña incluye visitas a empresas conserveras (en la zona de autoclaves, se genera mucho calor), de fabricación de productos plásticos (las inyectoras alcanzan altas temperaturas) y de fabricación de elementos de vidrio.
Asimismo, en el apartado ‘Publicaciones’ del portal web de Salud Laboral, está disponible la ficha informativa ‘Trabajo y calor’, que fue remitida en 2023 a 175 empresas del sector construcción, bodegas y empresas agrícolas.
Aunque, de momento, el verano en La Rioja no ha arrojado altas temperaturas como en años anteriores, “debemos estar preparados”. “La prevención es fundamental y ha de estar muy presente tanto en trabajadores como en sus empleadores. El compromiso tiene que ser firme porque los efectos dañinos del calor pueden resultar mortales”, añade Simón.
La formación de los trabajadores sobre los riesgos, efectos y medidas preventivas que se deben adoptar frente al calor, así como el reconocimiento de los primeros síntomas causados por el calor y la aplicación de los primeros auxilios, resulta clave para afrontar esta estación.
Del mismo, los entornos laborales deben disponer de sitios de descanso frescos, modificar los procesos de trabajo para eliminar o reducir la emisión de humedad o el esfuerzo físico excesivo, reducir el exceso de temperatura en el interior, disponer de agua fresca, garantizar una vigilancia de la salud específica, organizar el trabajo o evitar el trabajo en solitario.
Los trabajadores, por su parte, deben evitar comidas copiosas, usar ropa de verano adecuada, protegerse el rostro y aplicarse protección solar.
La exposición prolongada al calor puede producir efectos adversos en la salud, como quemaduras, cefaleas, erupción en la piel o edema en las extremidades. Además, cuando la temperatura corporal supera los 38ºC, pueden aparecer calambres musculares, deshidratación o agotamiento, entre otros síntomas.
El cuerpo humano necesita mantener una temperatura constante interna inferior de 37ºC para funcionar con normalidad. Cuando la temperatura corporal alcanza o supera los 40ºC, podría dar lugar al denominado golpe de calor, con consecuencias de carácter mortal en el 15-25% de los casos. El estrés térmico por calor resulta especialmente peligroso en los trabajos que se realizan al aire libre, como la construcción o la agricultura.
Los trastornos por calor pueden desembocar en un síncope (desvanecimiento, visión borrosa, mareo…), agotamiento (dolores musculares, mareos, náuseas, malestar, calambres…) o golpe de calor (dolor de cabeza, mareo, confusión, inquietud…).
Recomendaciones ante un golpe de calor
En caso de un golpe de calor, se recomienda colocar al trabajador en una zona a la sombra y en un ambiente frío, a ser posible. Asimismo, se le debe desvestir y se recomiendan duchas con agua fría (15-18ºC). Si el trabajador está consciente, suministrarle agua fresca para beber a sorbos pequeños. Si está inconsciente, no se le debe dar agua y se le colocará en posición recostado sobre un lateral de su cuerpo, con la cabeza ligeramente ladeada, el brazo inferior atrás, extendido, el superior flexionado hacia adelante y arriba y las piernas flexionadas, más la superior que la inferior (posición lateral de seguridad).
Otra posibilidad es cubrir el cuerpo con toallas húmedas y, preferiblemente, en combinación con un ventilador eléctrico o similar, para que la temperatura del cuerpo disminuya algo más. En cualquier caso, se recomienda contactar con un médico (112) y, si es posible, llevar al paciente al hospital lo más pronto posible.